Japón fue uno de los países más liberales del mundo en aquella época sexualmente hablando. Pero cuando empezó a entrar en el país otra cultura desde China en forma de confucianismo, el ambiente había cambiado totalmente, lo que sigue hasta la fecha. Sin embargo la buena cualtura respetable que provoca la admiración entre la gente de generación en generación se maintiene, en particular bajo tutela de los templos donde se salvaguarda la eterna fiesta y los penes divinos. No hay que olvidar que las protagonistas principales de estas fiestas son chicas, no de chicos, lo cual significa que no se trata para nada de fiestas machistas. ¿Hay fiestas más felices que estas? Se les merece la designación de "Patrimonio de Humanidad".
(07 de abril 2016)
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