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Se organiza en teoría cada viernes a las 20:00, cada uno aportando como regla de juego una pregunta o un tema para provocar dialogo en japonés. Los temas son totalmente libres, incluso los españoles e internacionales.

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Hola a todos.

Por la pandemia de Covid-19, La Tertulia Japón está suspendida hasta que se solucione esta epidemia. Para comunicaros conmigo, dejad mensaje arriba apretando el dibujito de Shinchan. ¡Cuíderos de vuestra salud!
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Julio 2020.


15 de enero de 2010

83. Personajes de nexo entre España y Japón

83. Personajes de nexo entre España y Japón

*Francisco Javier (Francisco de Xavier, 1506-1552):

Misionero jesuita originario del país vasco que introdujo el cristianismo por primera vez en Japón. Llegó a Kagoshima en 1549, acompañado de personajes siguientes cuya presencia era decisiva para realizar la misión:

1-Cosme de Torres, originario de Valencia. Después de que Francisco Javier se marchara de Japón al cabo de dos años, fue Torres quien llevó a cabo en buena medida el sueño de transmitir el cristianismo a Japón donde residió durante veinte años, gracias a su gran personalidad que causó respeto y admiración entre los japoneses. Cuando Torres falleció en Kumamoto en 1570, ya se habían construido numerosas iglesias por todas partes en Japón, mientras que no había ninguna cuando llegó hacía veinte años.

2-Juan Fernández, originario de Córdoba. Siempre ayudaba a Torres. Pronto conseguió aprender japonés a través de Anjiro (ver abajo) antes de venir a Japón y hizo de intérprete para Francisco javier y Cosme de Torres.

3.-Anjiro (yajiro), japonés, originario de Kagoshima donde tomó tiera el barco que había traído a este grupo de misioneros jesuitas. Parece ser que estuvo escapado en Malacca después de haber cometido un homicidio y lo quiso confesar a Francisco Javier que se encontraba en este momento en esta tierra. Fue bautizado con el nombre cristiano portugués, Paulo de Santa Fé. Fue el priemr japonés que se convirtió en cristiano en la historia de Japón.

**Bernardo de Kagoshima (su nombre japonés desconocido). Un japonés originario de Kagoshima. El primer japonés que fue baptizado en Japón por Francisco Javier. Fue el primer japonés que se fue a estudiar en Europa. Cuando Francisco Javier se marchó de Japón (1551), le acompañaron cinco japoneses, uno los cuales era Bernardo de Kagoshima. Llegó a Lisboa en 1554 y entró en el monasterio de Coímbra de Portugal. Fue invitado a Roma por el jesuita Ignacio de Loyola. Viajó a Italia, atravesando Espana, vía Barcelona donde cogió un barco rumbo a Italia. Encontró en Roma a Ignacio de Loyola, lo cual le preparó una entrevista con Paulus IV. Fue el premir japonés que tuvo entrevista con Papa de la Iglesia Católica (enero de 1555).

***Hasekura Tsunenaga:

El primer japonés que partió de Tsukinoura (región de Sendai) para realizar una visita de la delegación oficial a Europa, acompañada de 26 miembros japoneses con objetivo de establecer una relación diplomática y comercial (octubre 1613). Después de haber atravesado el Pacífico, llegó a Acapulco de Nueva España (México). Tuvo entrevista con Felipe III en enero de 1615 y con Paulus V en noviembre de 1615. Hasekura volvió a Japón en septiembre 1620. La negociación con Felipe III para establecer una relación comercial no dio fruto, por insistir Felipe III en transmitir el cristiano a Japón, mientras que en Japón se hacía cada vez más virulenta la persecución de los cirstianos, de la que ya estaba enterado Felipe III.

(Comentario interesantísimo: el barco “San Francisco” de lo cual estaba a bordo el virrey de las filipinas, Rodrigo de Vivero con rumbo a Nueva España naufragó en 1609 en la costa de Chiba por el fuerte viento del tifón. Tokugawa Ieyasu le ofreció para volver a Nueva España un galleón llnmado “Anjin” construido por William Adams (Miura Anjin三浦按針, nombre japonés), un piloto inglés de navegación, ex-carpintero de la construcción naval y primer inglés que llegó a Japón y tuvo dos niños Joseph y Susanna con Oyuki, mujer japonesa. William Adams llegó a Japón por haber naufragado su barco holandés “De Liefde” que partió de Rotterdam rumbo a las Filipinas vía el canal Mazelan y llegó naufragado al puerto de Usukishi de Bungo (Ooita) con su compañero, piloto de navagación holandés, Jan Joosten que dejó su nombre para siempre en la salida sur de la Estación ferroviaria de Tokyo, llamada “Yaesu Guchi”, que proviene de su nomre en japonés, “Yayosu耶楊子”. Estos dos personajes fueron bien tratados por el shogun Tokugawa Ieyas como sus destacados consejeros, pese a la demanda de ejección por parte de los misioneros jesuitas por tratarse de corsarios. En 1611 llegó a Japón desde Nueva España Sebastián Vizcaíno que pidió al shogún el permiso de enseñar el cristinismo, lo cuale fue rechazado, pero se vio autorizado topografiar a Japón. Más tarde su barco “San Fancisco Ⅱ naufragó y tuvo que regresar a Nueva España a bordo del segundo galerón “San Juan Batista” construido por William Adams, de lo cual estaba a bordo también la primera delgación japonesa a Europa en la historia encabezada por Luis Sotelo, misinero franciscano de origen sevillano y Hasekura Tsunenaga)

Hoy en le pueblo de Coria del Río y La Puebla del Río (al lado del Río Guadalquivir, 15km de Sevilla) donde permanecía el grupo representado por Hasekura Tsunenaga, existen unas 700 personas que llevan el apellido “Japón”, mayoría de las cuales cree que son descendientes de estos japoneses que se alojaron en estos pueblos hace cuatro cientos años. Pues, ocho des los estos veinte seis miembros de la delegación japonesa no quisieron, al parecer, volver a Japón sea por su religión cristiana o sea por encontrarse a gusto en España. La argumentación que podría hacer constar que son descendientes japoneses:

-Hasta antes de la llegada de estos japoneses, no existía el apellido "Japón" en España, donde se pone frecuentemente un apellido de su origen.
-El campo de arroz se sigue cultivando hasta hoy con el miso metodo que corresponde al tradicional de Japón, que no se ve en ninguna otra parte de España, ni en Europa.
-Las personas que llevan el apellido “Japón” llevaban manchas azules de Mongolia cuando nacieron (luego desaparecen) como en caso de los japoneses.

****Jack Shirai (1900-1937), japonés, originario de Hakodate en Hokkaido.

El único japonés que luchó y falleció por la Republica en la guerra civil de España.

Creció en un orfanato de Hakodate, de lo cual salió a la eda de 15 para trasladarse clandestinamente a Estads Unidos como marino a bordo de un cargo que cubría la línea vía Kamuchatka hacia Nueva York donde empezó a trabajar como panadero o cocinero. Llevaba una vida bastante holgada, casada con una americana, cuando estalló la guerra civil en España en 1936. Entró en los voluntarios militares bajo el mando del Partido Comumista de Estados Unidos, y participó en las durísimas batallas como la defensa de Madrid, la batalla del Río Jarama. Expresaba siempre su queja por ser movilizado durante las batalla sólo como cocinero, pidiendo que se realizara su deseo de luchar en primer frente de la batalla como los demás. A partir de cierto momento se le autorizó batallar en el frente de la guerra con armas como todos y se le apodó cocinero guerrero.

11 de julio 1937, en la batalla de Brunete, Shirai recibió balas en la cabeza cuando intentó salvar un vehículo de alimentos en medio de los tiros que arreciaban. Sus compañeros le recordaban como amigo que sonreía siempre, alegre, con buen corazón con que añoraba a los niños.

*****Un japonés en la fosa de la guerra (Un extracto del periódico El País del 8 de enero 2010)( SILVIA R. PONTEVEDRA - Santiago - 08/01/2010)

Muere Toru Arakawa, que viajó a Galicia desde 2006 para exhumar represaliados.

“Mucho antes de que en España se empezase a hablar de memoria histórica, en su casa de Niigata, al pie de la montaña volcánica de Yahiko, el japonés Toru Arakawa soñaba con jubilarse para venir a abrir fosas de la guerra. Nadie llegó a entender bien por qué le dio por ahí. Pero él lo tenía muy claro cuando aquí aún no nos aclarábamos, cuando aquí todavía daba miedo hablar de ciertas cosas, y se pasó diez años practicando español a domicilio con unas cintas que compró para escuchar por las mañanas.

Había prohibido a su familia contar que estaba enfermo del corazón
La pareja que había en la fosa llevaba puestas las alianzas. Toru se echó a llorar

Después su hijo, que viajaba mucho, le regaló el primer libro en castellano. Era de Manolito Gafotas, y parece ser que lo entendió, porque se rió leyéndolo. Al final se ventiló la colección entera, y cuando se sintió preparado se atrevió con Machado y Lorca, y empezó a coleccionar libros de la Guerra Civil hasta juntar unos cincuenta.

Un día de 2006, en un periódico japonés, apareció una noticia sobre las fosas que se estaban empezando a abrir aquí. El artículo hablaba de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) que se había fundado en Ponferrada. Toru recortó la página, mostró la noticia a su mujer y le anunció su plan para los próximos meses: "Me marcho a España a trabajar en las fosas". Entonces tenía 68 años y ya estaba jubilado. Había sido durante años profesor de inglés, y él reía a carcajadas cuando lo contaba, porque era evidente que lo suyo no eran las lenguas. Aquí siempre se hizo entender con paciencia, y muchas señas y sonrisas. Cuando llegó a Ponferrada, después de recorrer 20.000 kilómetros en avión y autobús, se presentó en el ayuntamiento y le sacó el recorte a una funcionaria. Resultó que la mujer era hermana de un miembro de la asociación por la memoria.
El 22 de agosto de 2006, en As Pontes, Toru hizo su primera fosa de la guerra. Era la exhumación de la familia Ramos Ferreiro, que dirigía el arqueólogo forense Javier Ortiz. Los habían tiroteado en su propia casa, y sólo una hija logró escapar al monte, aunque le atravesaron la mano con una bala cuando saltaba por la ventana. Unos días después, el cura de Seixas (As Somozas) la acogió en su casa y prohibió a los falangistas que la tocasen.

En el hoyo aparecieron los otros dos hijos y el matrimonio. La pareja llevaba puestas las alianzas de boda, y Toru se echó a llorar. Después de aquello y hasta el año pasado, viajando por su cuenta todos los veranos, el japonés participó como voluntario en una treintena de excavaciones por todo el territorio estatal, pero nunca dejó de emocionarse. Siempre que relataba aquel primer encuentro con unos huesos de la guerra volvían a empañársele esos ojos tan pequeños que tenía.

Después, en Galicia, participó en el levantamiento de las fosas de A Fonsagrada y de Cereixido (Quiroga). Era un hombre muy menudo, pero cavaba como el que más, como si quisiese acabar de una vez con todos los agujeros negros que había dejado la Guerra Civil en la tierra de España. Toru no comprendía cómo las fosas no llevaban abiertas ya muchos años. Cuando al fin se cansaba, si había cerca un árbol dejaba la pala y subía a descansar. "Trepaba como un mono", recuerda con cariño Antonio Castro, de la ARMH.

Castro le proporcionó cama y comida el tiempo que estuvo en As Pontes, y se hicieron muy amigos. "Era un paisano excelente, para él no había religión ni frontera. Contaba que los japoneses de su generación habían quedado muy marcados por la II Guerra Mundial, y quizás por eso se interesó tanto por este conflicto nuestro. Al llegar a nuestra casa, primero le costó bastante comer la carne que le dábamos, pero luego se aficionó a todo, y hasta bebía aguardiente". Le gustaba el jamón, le gustaba la morcilla, pero sobre todo le gustaba la causa. Cuando la ARMH finiquitaba su temporada, buscaba otros grupos que estuviesen en ello y se ofrecía para trabajar, como siempre, gratis. Al dejar As Pontes, le regaló a la hija de Castro un bonsai. Desde entonces, más o menos todos los meses, la chica se escribía con él por correo electrónico y le planteaba dudas acerca del abonado y la poda. Pero a principios de octubre, el correo de Toru dejó de contestar. Preocupados, los Castro llamaron en fin de año al hijo del voluntario, que vive en Chicago, y éste les contó que había muerto. "Lo siento, no tengo la clave de mi padre y no pude entrar en el correo para avisaros", se disculpó. Toru sólo era robusto de espíritu, y le había prohibido a su familia contar que estaba enfermo. En España nadie sabía que tenía resquebrajado el corazón. Y el 5 de octubre se le rompió del todo.”

Toshio Okada, Barcelona
16 enero 2010

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