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Se organiza en teoría cada viernes a las 20:00, cada uno aportando como regla de juego una pregunta o un tema para provocar dialogo en japonés. Los temas son totalmente libres, incluso los españoles e internacionales.

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Julio 2020.


18 de septiembre de 2008

62. El abandono del poder en Japón



62. El abandono del poder en Japón

* ¡Otra vez! Nadie pensaba que eso volvería a ocurrir. Pero sí, ocurrió. El primer ministro, Fukuda Yasuo había sorprendió a todo el Japón, anunciando, primer de septiembre, su dimisión irrevocable como primer ministro del gobierno, mejor dicho, declarando el abandono del poder político como si tal cosa. ¡Qué sorpresa! Pero, ¡qué vergüenza!

** En los medios de comunicación extranjeros, hay algunos que se mofan de esta toma de decisión, cualificándola de “Harakiri”. Pero hay que matizar esta cualificación, porque se ve que al extranjero no se entiende bien lo que es Harakiri. Si Fukuda fuera admirador del espíritu de Harakiri, no hubiera nunca abandonado el poder supremo, tan consciente de su responsbilidad política y económica en el tiempo más difícil en que se encuentra Japón de hoy. Harakiri es el espíritu de entregarse enteramente a su respondabilidad pública hasta la muerte, pasando a secundo plano sus intereses personales aunque cualquiera fuera el motivo. Tan lamentable su actuación que no hay palabra, eso se considerará en la historia, aunque Fukuda nos dé cantidad de explicaciones, como un acto cobarde de deserción al frente de la guerra.

*** Lo mismo ya ocurrió hace sólo un año con el ex-primer ministro, Abe Shinzo cuyo gabinete estaba, desde su formación, en llamas, lleno de una larga serie de escandalos políticos por culpa de los ministros, uno de los cuales, fue el caso del ministro de agricultura que suicidió durante su pleno cargo. Al final de una sarta de escándalos, sin ver la salida, optó por la dimisión, de forma abrupta, lo cual soprendió tanto a los japoneses por su manera brutal, que no tuvieron ningún reparo en cualificarlo de “Abandono del poder”.

**** Sin embargo, muchos japoneses tenían más bien simpatía a Abe, por ser primer ministro joven, cosa que es rara en Japón. Y además, sus esloganes políticos: “Japón hermoso” y “la renovación de la Costitución que es el producto de la Ocupación militar del ejercito americano de MacArthur después de la guerra”, sonaban bastante bien. Pero era muy débil, quizá a causa de su demasiado buen linaje político. Pues, con su abuelo, Kishi Nobusuke: el famoso ex-primer ministro posguerra, su tío, Sato Eisaku, ex-primer ministro, premio Nobel de paz, y su padre, Abe Shintaro, ex-ministro de los asuntos exteriores que murió antes de llegar al puesto de primer ministro por enfermedad, era algo normal que Abe Shinzo llegara al puesto de primer ministro. Si había dudas en sus capacidades, solo era su caracter débil por ser un político que se crió en el invernadero.

***** Es fácil ganar las elecciones generales para un hijo o nieto, sucediendo a su padre o su abuelo que eran grandes políticos, ya que los votos que ellos mantenían se destinarán automáticamente a su hijo o su nieto. Allí está la clave. Los políticos de buena estirpe (que se llman en Japón “Zoku Guiin”: diputados originarios de estirpe), no han llegado a cargos importantes a grandes penas. Es también dudoso sobre si tienen gran pasión o convicción sobre el futuro de Japón. Lo que les interesan es más bien hacer brillar su nombre en la historia como lo hicieron sus parientes anteriores, por eso nos da la sensación de que se comportan como altos funcionarios que se duermen en los laureles con mucho honor y extraordinaria rumueración, mirando serias crisis actuales comos si fueran fuegos de la otra costa.

***** El recién anuncio de la dimisión de Fukuda Yasuo nos da exactamente la misma sensación, ya que él sucedió a su padre, ex-primer ministro, Fukuda Takeo. Es muy difícil adivinar sólo con el aspecto exterior de un político el grado de su pasión hacia la política. Si estuviéramos todavía en los tiempos de feudalismo, sólo sería suficiente hacerle prometer: “Si fallo en mi vocasión, haré “seppuku” (harakiri)”. Así, las cosas serían más fáciles. Si no tiene valor o pasión, o sea que es cobarde, un político, sobre todo, el de estirpe no llegaría nunca a ocupar un cargao tan importante como el de primer ministro.
Lo más importante del concepto de Seppuku (la palabra que se usa en Japón con el sentido de Harakiri. Harakiri es una palabra explicativa que se empezó a usar en Estados Unidos.) no reside en el acto horroroso de cortarse el vientre, sangrar, se hace decapitar, y morir, sino en comprometerse, jugándose la vida, a su palabra, y si falla, aceptará como consecuencia de su palabra el acto de Seppuku con mucho honor.

******No quiero decir que ya no quede más este espíritu en Japón, al contrario, todavía hay muchos japoneses que siguen en esta línea de conducta a nivel de sus profesiones. Pero, mientras que hay todavía muchos japoneses que mantienen el espíritu de Seppuku, ¿Por qué un primer ministro, que es en teoría un personaje culminante en el moral y la inteligencia, y que representa a todos los japoneses, dimite de su cargo de esta manera, como si se tratara de un partido de tenis que ya no quiere seguir jugando por estar cansado. El alcalde de Tokyo, Ishihara Shintaro concluyó esta mala película de dimisión con una sola frase: “Esto ocurre, porque le faltaba la pasión”. Es exactamente la sensación que la mayoría de los japoneses hemos tenído al oír su dimisión. Fukuda ya engañaba desde el primer día de su cargo a todos los japoneses, sólo deseando marcar su nombre en los anales políticos.¡Qué desastre! ¿Para él sólo se trataba de un juego político? En Japón, desde hace ocho años cosecutivos, hay más de treinta mil casos de sucidio. ¿Piensa él en este hecho alguna vez? El país está enfermo. Pero él estaba jugando a la política con el mismo sentido del golf. Es justamente lo que preocupaba a los japoneses, porque se metió en la política gracias al legado de su padre y que se crió en le hinvernadero sin haber tenido nunca gran pasión.

******* En la rueda de prensa en que dio las explicaciones de su dimisión, un periodista lanzó una frase: “Tengo la sensación de que usted habla de su dimisión como si se tratara de un asunto ajeno a usted”. A este comentario contestó Fukuda enojado, “¡Soy diferente a usted! Me puedo mirar a mí mismo con ojos ajenos”.
Al poco, esta palabra “¡Soy diferente a usted!” sínicamente ha cogido gran fama en Japón. El teeshirt que lleva la palabra: “Soy diferente a usted.” que lleva esta palabra acompañada de una figura caricaturizada de Fukuda se vende como si tuviera alas, superando la capacidad de producción. Se diría que ya la gente no tiene nungún respeto a los políticos, y que los consideran actores “políticos” y “cómicos” que llenan sólo las páginas de periódicos de tantas comedias sin mostrar ninguna solución sobre los problemas serios y concretos.

******** Por lo menos, todavía está funcionando la base económica de Japón, gracias a su sólida capacidad de producción, aunque renqueando, desde la crisis de “Subprime” desatada en EEUU cuya consecuencia rebotanto en el mundo entero, por el efecto de la globalización, en forma del aumento de precio del petroleo, alimenticios, azotando la economía mundial con receción y inflación, y ahora con la quiebra del banco Lieman Brothers (Ya vaticiné esta crisis: Ver el artículo: 45. El terremoto financiero del crédito de Subprime (Subprime Lending).) Si la economía japonesa no estuviera aguantando este embate económico, esta crisis del gabinete gubernamental ya hubiera provacado una revuelta social.

********* Pero tengo que decir una cosa. Es doblemente cínico. Aunque los japoneses ya no tienen mucha confianza en los políticos, son ellos los que eligen y mantienen, através de los comicios, a esos políticos que tratan de estas actuales crisis tan brutales como el huracán “Ike” que acaba de dejar grandísimos estragos en Houston, como si se tratase de cosas ajenas a ellos.


Toshio Okada, Barcelona
20 septiembre 2008.

2 comentarios:

Lycaon dijo...

Resultan inevitables las comparaciones: en España, los conceptos son al revés. Se considera honorable que un político dimita cuando ha cometido algún tipo de abuso o falta. Sin embargo, es muy difícil que un político dimita. La tiene que liar muy gorda, para que dimita!

Anónimo dijo...

Se hace difícil comprender desde una perspectiva española este concepto de "compromiso" con la dedicación a un cargo público. Creo que se asume como algo excesivamente trascendental en Japón, y en la práctica las frecuentes dimisiones de primeros ministros vislumbran más bien una crisis del sistema político/electoral en Japón. Factores como la creación de este sistema por parte de EE.UU. en plena posguerra y el aplastante dominio del Partido Liberal y de los grandes consorcios empresariales asfixian la evolución de la democracia japonesa. El despegue económico permitió ocultar este inmovilismo que con el estancamiento y la crisis se hacen más evidentes.